Para muchos es sinónimo de diversión y celebración; a ellos les representa dolor, angustia, estrés e incluso muerte.
Este duro testimonio no hace parte de una serie de ficción, por el contrario, corresponde a la realidad vivida en el zoológico Santafé de Medellín durante varias noches decembrinas. El uso de la pólvora ha provocado que las diversas especies de fauna silvestre aquí conservadas hayan registrado serios daños en oídos, ojos, sistemas cardiaco y sistema nervioso al punto de que esta llama abortó su cría, este venado enfermó gravemente y una guagua similar a esta murió.
¿Suena fastidioso ante el oído humano, verdad? Ahora imagínese lo que estas detonaciones pueden hacer en las diversas especies de animales. Algunos estudios científicos apuntan a que la capacidad auditiva de los animales es mucho más avanzada que en la de los humanos. Según expertos, cada que estas especies oyen explotar estos artefactos no sólo pierden control de sus actos sino que les genera desorientación, estrés, pérdida del apetito y hasta paros cardiacos.
El lamentable caso de la llama que abortó, la guagua que murió y el venado que enfermó son sólo pequeñas muestras del grave daño ambiental que el hombre genera cuando decide usar pólvora. Corantioquia, como autoridad ambiental en 80 municipios del departamento, de la mano de otras entidades de control, avanza en la capacitación y sensibilización ciudadana en aras de la creación de conciencia ambiental que permita frenar los diversos fenómenos que atentan contra los ecosistemas.
Las especies de fauna silvestre juegan un papel vital dentro de los ecosistemas; atentar contra ellas es hacerlo contra la misma raza humana, pues algunos de estos animales son controladores biológicos mientras que otros mantienen el equilibrio de la tierra. Antes de hacer explotar la pólvora piénsalo dos veces, estás atentando contra propio mundo.