Esta mañana activistas del KEM-MOC de Bilbao han tapiado la puerta de la sede social del BBVA.
Con esta acción llamativa y simbólica los activistas pretenden denunciar que sus grandes beneficios provienen en gran parte de financiar la industria de la guerra.
Bajo el lema “Banku armaturik ez! Banco Bloqueado por Venta de Armas” (¡No a la banca armada!), los activistas han denunciado que la entidad ha destinado 4.450 millones de euros a la financiación de la industria armamentística.
Entre las principales empresas, destacan General Dymamics, Leonardo, Indra, Airbus, Aecom, Honeywel, Navantia o Maxam. Cada una en su ámbito estas industrias producen aviones militares, tanques, submarinos, misiles, municiones y armas nucleares.
Según las activistas, la guerra es un crimen contra la humanidad. Además de provocar el sufrimiento de personas que poco o nada tienen que ver con las causas e intereses que generan las guerras. Suponen una violación flagrante de los derechos humanos y fuerzan el desplazamiento de millones de ellas. De hecho, los conflictos bélicos y sus consecuencias son la principal causa de las migraciones forzadas en el mundo.
También afirman que cada euro que se despilfarra en las guerras se detrae de necesidades sociales inmediatas como la sanidad, tan necesaria, más aún con la gravísima crisis provocada por el COVID 19.
Además, nos recuerdan que, aunque si bien es cierto, son muchos los bancos que participan en el negocio de la guerra, existen alternativas, hoy en día muy extendidas como la banca ética.