23-J_Parte 5 - XV LEGISLATURA Y GOLPE REAL

Francina Armengol ha sido elegida presidenta del Congreso por mayoría absoluta, con 178 votos. A la socialista la han votado los diputados del PSOE y los de SUMAR, ERC, JUNTS, BILDU, PNV y BNG.
A la candidata del PP, Cuca Gamarra, la han votado los 137 diputados del PP, más los dos votos de UPN y CC, que había comprometido una abstención inicialmente.
El PP tenía un acuerdo con VOX para que estos votaran a favor de Cuca Gamarra a cambio de cederles un puesto en la Mesa del Congreso.
Horas antes de la votación se supo que JUNTS había pactado con el PSOE e iba a votar a favor de Francina Armengol, lo cual hacía inútil la alianza de los del PP con VOX.
El documento que ha desbloqueado la negociación con JUNTS para la votación de la Mesa es la solicitud para que el catalán, el euskera y el gallego sean lenguas cooficiales de la Unión Europea. El ministro de Exteriores en funciones, José Manuel Albares, lo ha registrado ante la UE.
El acuerdo alcanzado para el desbloqueo de la negociación es más amplio. Según fuentes de JUNTS, aparte del uso del catalán en el Congreso, están la reapertura de la comisión de investigación sobre las llamadas 'cloacas del Estado' y la creación de una comisión de investigación sobre los atentados terroristas yihadistas de Barcelona y Cambrils de 2017. Hay sospechas de que el Gobierno ocultó información antiterrorista a los Mossos d’Esquadra y de que el cerebro de la masacre de Las Ramblas fue confidente del CNI hasta el día del atentado.
ERC ha negociado un último punto, bajo el epígrafe de la “desjudicialización” del “conflicto político” en Catalunya por las “vías legales necesarias”, que ha recibido el sí del PSOE. ERC entiende que esto es un compromiso de que la Mesa no bloqueará la tramitación de una ley de amnistía en caso de que se proponga.
Feijóo rompió el pacto con la ultraderecha para no tener que cederles ‘gratuitamente’ uno de los cuatro puestos que le correspondían en la Mesa. VOX votó por su propio candidato y no logró ningún puesto en la Mesa del Congreso.
SUMAR fue el grupo más beneficiado al conseguir dos puestos ―uno de ellos una vicepresidencia―, lo que demuestra la habilidad negociadora de Yolanda Díaz.
En el acto de ‘acatamiento’ de la Constitución española, muchos diputados, sobre todo los independentistas, usaron fórmulas en las que manifestaban estar obligados a hacerlo “por imperativo legal” y expresaban sus objetivos políticos.
Las derechas moderada y la radical protestaron por el uso de estas formas de acatamiento por parte de los independentistas, solicitaron invalidar su condición de diputados y amenazaron con tomar iniciativas legales.
La nueva presidenta anunció que se permitirá el uso de todas las lenguas del Estado de las Autonomías en el Congreso de los Diputados y rechazó la petición de PP y VOX de anular la condición de diputados para los miembros de los grupos independentistas.
Tras la votación para la presidencia de la Mesa del Congreso, Sánchez y Díaz tienen otro valioso argumento para ser propuesto para la investidura: 178 votos a favor de la nueva presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengold, frente a los 139 de la perdedora, Cuca Gamarra.
Felipe VI se ampara en la “costumbre” para lanzar a Feijóo a una investidura sin mayoría suficiente y sin tener garantizados los apoyos necesarios. El rey asume los argumentos del PP al señalar que, salvo en 2016, siempre ha postulado al candidato más votado, pero obvia que, tanto entonces como ahora, apostó por quienes no tenían atados los apoyos.
La decisión de proponer al candidato del PP, Feijóo, coincide con el principal argumento, casi el único, planteado por la derecha para exigir una designación que está llamada al fracaso.
Y en esta ocasión, el Borbón lo tenía fácil: solo tenía que haber atendido a las votaciones para elegir presidente de la Mesa del Congreso, en las que Fancina Armengold contó con 178 votos que le dieron la victoria con mayoría absoluta. ¿No parecería razonable tener en cuenta este importante hecho para proponer a Pedro Sánchez?
A todo esto: ¿qué hace un rey proponiendo candidatos a la presidencia de un gobierno pretendidamente democrático? Y además: la constitución habla de proponer, lo cual no implica aceptación, ni voluntaria ni obligada. Proponer no es imponer, que es lo que, en realidad hace el Borbón.
En redes sociales se respiran aires de “tamayazo”. Para muchos, el hecho de que Felipe VI designe a Feijóo significa que tiene una posibilidad de conseguir la presidencia y que lo va intentar todo, por lo legal o por lo ilegal. Necesita cuatro votos y no sería difícil comprar a cuatro traidores del PSOE. Ya ha ocurrido otras veces.
Muy claro tenía que haber estado el asunto para que Felipe VI propusiera al líder de una coalición en la que muchos sueñan con destronarlo. Para cualquier rey la prioridad es asegurar la corona y perpetuar la estirpe monárquica, y con Feijóo lo tiene asegurado. Además, este ―como todos los reyes― es de derechas, muy de derechas.

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